1. Elige como recompensa un único pecado de dulce y mira de no tener muchos más en casa.
2. Pide a los que te rodean que no te compren chocolates o turrones que no sean «el pecado concedido».
3. Explora que te es más fácil, dosificar su porción o marcarte momentos de abstinencia.
4. Recuerda que podemos cambiar la sensibilidad del paladar, menos azúcar hace que el dulce sea más intenso.
5. Demasiado alcohol o azúcar durante las comidas de Navidad puede provocarnos estrés innecesario. Y sobre todo!
Para sobremesas largas, piensa en llevar un cepillo de dientes allí donde vayas para eliminar cualquier resto de comida y tener la sensación de haber terminado la comida cuando tú decidas.
Esperamos haberos ayudado a superar uno de los mayores retos de estas fiestas, tener controlado el exceso de dulce.